Spiritfarer, el videojuego sobre la pérdida

Spiritfarer es un videojuego indie del año 2020, que sus creadores describieron como "Un juego reconfortante sobre morir", aunque ellos mismos dijeron que, más que sobre "morir", era sobre sobrellevar la muerte.

Este juego no te conviene si no quieres llorar. La historia es, básicamente, que eres Stella, una mujer a la que se le ha asignado el trabajo de Guía de almas ("Spiritfarer" en el inglés original), lo que significa que debe encontrar a almas difuntas, subirlas a su barco, cuidarlas y, cuando estén listas, llevarlas a la Puerta eterna, que es lo último que les queda antes de dejar esta vida.

Muchos han comentado que las mecánicas - hacer tareas para los espíritus, asegurar que tengan una casa cómoda en tu barco y darles de comer - se sienten como cuidar de un pariente enfermo, y creo que esto es intencional.

Los personajes son la joya de la corona. Hay muchos, pero ninguno se hace aburrido. Está Alice, una mujer que le encanta la moda y padece una enfermedad neurodegenerativa. También Atul, un carpintero glotón al que parece que le va bien todo, o Gustav, un conservador de arte que sufrió una enfermedad paralizante cuando estaba por fin teniendo éxito en su carrera.

A pesar de que se muestren con forma de animales, todos tienen sus problemas y virtudes, y es muy fácil imaginarlos como humanos.

Hay algunos que son más "difíciles de tratar" que otros, aunque eso depende del jugador. Hay muchos a quienes no les gusta Giovanni, un anciano que luchó en la Segunda Guerra Mundial en el bando de la resistencia, puesto que ha pasado su vida engañando a su esposa, a la que también acoge el jugador en su barco, y no parece arrepentirse de ello. Elena es otro caso, una profesora estricta que se muestra fría y algo grosera en ciertos momentos.

Sin embargo, creo que esto es algo esencial y precioso del juego. En ningún instante se retrata a un espíritu como una terrible persona, aunque uno pueda verlos así. Tiene una moraleja de que las personas tenemos problemas, cometemos errores, pero no por ello debemos ser crueles los unos con los otros. Aunque Giovanni, Jackie, Elena y otros no hayan sido angelitos todo el viaje, la protagonista aun así los abraza antes de que pasen a mejor vida.

Lloré mucho, y creo que eso es algo que puede decir la vasta mayoría de quienes han jugado. Cerca del final, el barco está lleno de casas vacías, pues no las puedes destruir, y se siente como si tu nave hubiera dejado de ser una aldea flotante para ser un cementerio.

En general, Spiritfarer es una manera hermosa de tratar este tema. No lo hace con frialdad o pesimismo, sino como una parte más de la vida, algo que debemos encarar o incluso abrazar. Sin importar lo que pase, vamos a tener que despedirnos de todos, y Spiritfarer se basa en eso: decir adiós.

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